Hace tres cuartos de hora que he terminado de ver Six Feet Under.

Y hace un cuarto he escrito eso. Estoy en shock.

No voy a contar nada sobre el final de esta maravillosa serie, como en el post anterior, porque básicamente lo que quiero es recomendarla. Jamás había visto un show en el que hubiera tantísimas emociones mezcladas y tampoco que afectara tanto al espectador, que llegara tan hondo. Está bien, yo soy un caso de excesiva empatía, pero si yo ahora estoy llorando a lágrima viva (es cierto, no me molesta admitirlo, apenas veo la pantalla), creo que hasta la persona más fría puede sentirse afectada.

Su final es impresionante. Llevo algunos meses pensando en cómo debía terminar la serie, imaginando posibles sucesos que hicieran que a todas las personas que conozco y han visto la serie, digan que es uno de los mejores finales jamás vistos. Pero cuando lo intentaba, nada claro venía a mi mente...pero ahora ya lo he visto y no puedo dejar de pensar en él. Es triste, bonito, emotivo, brillante...y podría añadir mil adjetivos más. Y tranquilos, no tengáis el miedo de haberos hecho demasiadas expectativas, como yo, porque no lo hareis. Ni de lejos. Ya la estáis viendo.