Durante los ratos libres que he tenido estos primeros días del año, los he aprovechado para ver la 4ta temporada de Dexter. Nada más empezarla ya te quedas enganchado/a, pero a medida que la temporada va acabando se vuelve un sin vivir. Es más, yo me ví el último episodio ayer por la noche en el coche, bajando de vuelta a Barcelona.

El malo de la temporada (aparte de Dexter, claro xD) es Trinity, un asesino en serie investigado por el agente especial retirado Frank Lundy, el cual vuelve a Miami pisándole los talones a éste y ya de paso para reencontrarse con los Morgan. Trinity, interpretado por un magnífico John Lithgow (yo lo veía en "Caiguts del cel", o lo que es lo mismo, "Cosas de Marcianos"), es llamado así porque supuestamente sigue un procedimiento de tres asesinatos: una joven desangrada en una bañera, una mujer que aparentemente salta al vacío y un hombre que muere apaleado. Dexter, que el pobre está intentado ser un buen padre y marido, se siente atraído por el caso y encuentra que puede ser una perfecta víctima...hasta que descubre que Trinity se llama Arthur Mitchell, está casado, es padre de dos hijos y  también es diácono de su iglesia, por lo que decide aplazar su muerte hasta haber aprendido algo de él (de lo que se arrepentirá para el resto de su vida).

Y bueno, en tan sólo 12 episodios tenemos de todo: amor, infidelidades, venganzas, engaños, bodas y muertes, muertes importantes. El final es impresionante, no tiene desperdicio...además, si Michael C. Hall  (Dexter) ya hacía tiempo que era uno de mis actores favoritos, ahora ya es que los supera a todos.

Ya está, no diré más, únicamente que recomiendo que consigáis tiempo para verla y disfrutar de este querido asesino en serie.